Generosidad y bondad sobre la corrupción

a moment for lunch

Tomando un momento para el almuerzo …

¡Corrupción total!

La vista desde el asiento trasero del auto era interesante; El campo era verde, las condiciones de la vía no estaban tan mal, y las colinas proporcionaron mucha distracción. La conversación a lo largo del camino fue animada, y recibí un resumen sobre la regresión política, económica y social de un país que había construido su fortuna en petróleo mientras que ese recurso se vendía a precios muy por encima de los 100 dólares por barril. Demasiados cerdos en el comedero y todo eso… Estaba alegre de escuchar y tomar observaciones.

Sólo una vez nos detuvimos para un chequeo superficial, pero no había necesidad de salir del auto, ni siquiera de abrir el maletero. En cierto modo, parecía que las cosas no eran tan malas como se había predicho, o simplemente resulté ser muy afortunado – era lo último. Venezuela es un país que se estaba tambaleando al borde del colapso, y muchas necesidades básicas no están disponibles, ni siquiera las gaseosas que contienen azúcar. Sólo las versiones «cero» de muchos refrescos populares estaban en stock en las tiendas, y habían muchas otras cosas que no estaban disponibles. No sabía qué más hasta unos días después. Mientras tanto, mis amables amigos me contaron sobre una fábrica de cemento que en un momento había producido 15.000 bolsas de cemento, pero que ahora era de 1.500 debido a la mala administración y la sustitución de los operadores calificados por funcionarios políticos – todo sonaba muy «comunista». Otros cuentos eran sobre grandes operaciones agrícolas que habían sido tomadas; granjas donde una vez suficiente leche, maíz y carne fueron producidos para abastecer al país. Ahora, algunos productos de primera necesidad estaban siendo importados o contrabandeados a través de la frontera. (Los informes subsecuentes indicaban que los militares habían sido encargados de la distribución de alimentos -sin su aprobación nada podía ser traído o distribuido en el país- un verdadero estrangulamiento de la población y un sistema perfecto para la corrupción total).

transport pick up in venezuela

Transporte alternativo en Venezuela

Ángeles guardianes

San Cristóbal está a escasos 50 kilómetros de la frontera con Colombia, pero el tiempo de manejo es generalmente alrededor de 2 horas. La ciudad de un cuarto de millón de personas está enclavada en un valle y se extiende por las montañas. La ciudad fue una vez la tercera ciudad más rica de Venezuela, con petróleo descubierto aquí, así como su rica tierra agrícola. Desafortunadamente no tuve tiempo de quedarme y explorar la ciudad por un día o dos. Llegamos a la estación central de autobuses cerca de la 1 de la tarde, y fuimos inmediatamente a comprar un boleto de autobús a mi destino, Barquisimeto. La estación era una masa de humanidad agitada, una cacofonía de ruido, y estoy seguro de que si hubiera estado solo, no habría podido arreglármelas para conseguir el pasaje de autobús y mucho menos encontrar el autobús. De esta manera, mis 2 ángeles guardianes hicieron un camino a través de la multitud y encontraron el mostrador del operador de autobuses correcto, sólo para descubrir que el primer autobús ya estaba reservado, y un segundo autobús estaba siendo buscado para llevar el exceso. Este segundo autobús saldría a las 5 pm, lo que me pondría en Barquisimeto alrededor de las 7 am la mañana siguiente… ¿recuerda los tiempos de viaje en autobús? Después de comprar el pasaje, nos fuimos a encontrar un restaurante para disfrutar del almuerzo. Luego una agradable cafetería para disfrutar de un café, todo mientras discutíamos las condiciones del país y esperábamos las 4.30 y el regreso a la estación de autobuses.

Mamá ganso

A las 4.30 p.m. estábamos en camino a la estación de autobuses una vez más para resolver lo del autobús y para asegurarnos de que me montara en él. Cuando llegamos esta segunda vez el caos parecía que era incluso peor de lo que había sido al mediodía. Donde al principio había un pequeño grupo de gente de pie cerca de la ventanilla de boletos, ahora había una verdadera multitud, y nadie parecía encargado. Fue en este punto que ocurrió algo maravilloso. Mis amables guías decidieron que era hora de devolverle algún tipo de orden esta pelea cuerpo a cuerpo. Encontró a la atormentada conductora de autobús, se intercambiaron unas pocas palabras rápidas, y de repente el silencio descendió sobre el grupo de compañeros de viaje que me rodeaban cuando una sola voz autoritaria comenzó a proporcionar información y a organizar al grupo. En cuestión de segundos, había logrado cumplir lo que la débil conductora de autobús no había podido hacer: alinear a los pasajeros, boletos en mano, para verificar sus nombres con la lista de pasajeros. Lo que habría tardado quizás una hora en completarse de repente no tomó más de 5 minutos, ya que esta voz de la razón y autoridad mantenían el orden.

Momentos más tarde, nombres verificados y todos los pasajeros contados, fuimos llevados, como polluelos, a través de la estación de autobuses a nuestro autobús. Mamá ganso se había hecho cargo y era nuestro guía. En el autobús, más caos fue evitado cuando una vez más se hizo cargo de asegurar que todo el equipaje estaba debidamente etiquetado y cargado, y los pasajeros fueron abordados.

Generosidad y bondad

Como fui el último en abordar, estreché manos y me despedí de mis maravillosos y graciosos guías, agradeciéndoles profundamente por todo lo que habían hecho por mí ese día, sin ser invitados, y por pura bondad y generosidad. Cuando estaba a punto de dar la espalda, escuché al marido expresar con extremo orgullo en su voz algo con lo que estoy completamente de acuerdo: «Mi esposa, ella quiere hacerse cargo y organizar todo, y es muy eficiente en hacerlo. Si sólo la tuviéramos a ella y algunos otros como ella manejando al país, serían capaces de resolver muchas de las cosas que lo afectan ahora.»

Amen.

Traducción de Mario Muchacho

Publicado en América del Sur, Historias.

Ken es un residente de largo plazo de Tailandia y ha viajado extensamente. Le gusta leer, escribir, fotografiar, comer y compartir historias.